Hablo sin duda del calamar colosal, (Mesonychoteuthis hamiltoni) una especie de calamar gigante que habita en estas aguas. Esta impresionante criatura puede llegar a medir unos 20 metros según estudios recientes, ya yendonos un poco más a las especulaciones, hay marineros que afirman haber visto calamares de hasta 50 metros. Ya en mi opinion, esto es algo exagerado pero, cualquier cosa es posible.
A diferencia del calamar gigante (del cual hablé en mi post de criaturas abisales), que llega a los 15 metros, tiene unos tentáculos más cortos y un cuerpo más grande y fuerte. Están armados con afilados garfios con los que, supuestamente, sujeta a sus víctimas para devorarlas.
Nadie ha visto aún uno con vida, y todo lo que sabemos sobre Mesonychoteuthis hamiltoni, el mayor invertebrado que existe sobre la faz de la Tierra, procede de cadáveres de ejemplares juveniles que de tanto en tanto afloran a la superficie, o de restos sueltos de su anatomía.
Vive, entre mil y dos mil metros de profundidad bajo la superficie del Antártico. Pueden pesar hasta media tonelada.
Su tamaño impresiona sin duda, y a simple vista parece que es un animal bastante rápido, pero estudios revelan que este animal posee un metabolismo muy lento que le obligaría por tanto a moverse mucho más despacio de lo que se creía. Una característica que, de momento, le haría pasar de ser un cazador activo a otro que se oculta a la espera de que pasen sus presas, ya que sería incapaz de perseguirlas.
Estos animales además, son poseedores del ojo más grande que existe en el planeta. Tan grandes como una cabeza humana. Estos ojos están muy evolucionados y adaptados para ver en su entorno porque necesitan ver la escasa luz que hay en las profundidades donde vive. El pico escondido bajo los tentáculos y con la forma similar a la de un loro, es fuerte y por supuesto, muy grande. Lo usa para devorar a sus presas.
Se sabe, o se creía saber, que los cachalotes se sumergen miles de metros en busca de estos calamares, a los que dan caza. Y que las batallas que tienen lugar en las profundidades entre ambas especies pueden llegar a ser terribles y sangrientas, a juzgar por el tamaño de las ventosas impresas en más de un cadáver de cachalote arrastrado por las corrientes.
El mero hecho de que viva en aguas tan profundas y tan frías hace que resulte imposible para los científicos obtener ejemplares vivos para estudiarlos. Sin duda, hablamos de una criatura tan misteriosa, como impresionante. El rey del abismo.
Nos veremos en el siguiente post!
- Lxs
Fuente: abc.es
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