sábado, 29 de marzo de 2014

El reino de la oscuridad y la penumbra [Zona abisal]

Es un lugar en las profundidades del océano, las profundidades más extremas. Ni siquiera los rayos del sol llegan ese abismo donde solo reina la oscuridad absoluta.  El día y la noche en este lugar no existen.

A 6.000 metros abajo en el fondo del mar viven criaturas extrañas, criaturas que pareciera que hubiesen salido de un libro de terror. 

En un post anterior, expuse varias criaturas que habitan en este extraño lugar. Si te interesan verlas, acá te dejo el link para que visites el post: 





En este post la idea es compartir más información que se tenga respecto a este inhóspito lugar.

Desconocemos este lugar en un 80% sabemos de momento que las criaturas que habitan ahí son tan fascinantes como extrañas. Criaturas que debido al entorno oscuro y sin luz, han desarrollado bioluminiscencia, es decir que emiten luz propia. 

La luz, a profundidades superiores a los 400 metros, ha desaparecido por completo.

El oxígeno, por otra parte, decrece con la profundidad y, si bien en las zonas intermedias se encuentra disuelto en el agua en suficiente cantidad para soportar la vida animal, en ciertas fosas abisales puede desaparecer por completo y originar regiones abióticas en las que únicamente es posible la existencia de bacterias anaerobias.

La presión adquiere un extraordinario aumento al descender por cada 10 metros de profundidad se incrementa en una atmósfera, lo que supone valores cercanos a las 1 100 atmósferas en los enclaves más profundos.

Después de los 200 metros de profundidad la espesa capa de agua actúa como obstáculo insuperable que no permite que los rayos del Sol lleguen hasta los grandes fondos del mar. La vida en estas zonas del océano está representada únicamente por animales, ya que los vegetales, al no contar con luz, no pueden habitarlas, con excepción de las bacterias, por lo cual la elaboración de materia orgánica es mínima, efectuándola sólo las bacterias a través de la quimiosíntesis; por ello los animales que habitan los fondos oceánicos no tienen otra posibilidad que depredarse unos a otros o esperar que caigan de la superficie restos de los animales y plantas que viven en las capas superiores. Es una lucha constante por el alimento.



Hay asombrosas criaturas que se mueven en esas profundidades en las que reina un terrible silencio, donde no se sienten las acciones de los vientos, del Sol, ni oleaje, de modo que el medio se encuentra casi inmóvil, oscuro y enteramente frío.

En las profundidades del océano se han encontrado animales vivos que han existido desde hace millones de años, como es el caso de Neopilina parece que es un gusano en proceso de convertirse en molusco, pero cuenta también con características de artrópodo.

La vida en perpetua tiniebla tiene como consecuencia que los órganos del tacto alcancen dimensiones extraordinarias. Los crustáceos, como los camarones, quisquillas y langostas, tienen los órganos de los sentidos llamados antenas, de dos o tres veces la longitud de su cuerpo. Sus patas son también desmesuradamente largas. Aunque generalmente las langostas prefieren vivir en aguas poco profundas, algunos ejemplares de esos grandes e importantes crustáceos se han localizado en las profundidades.

La sabiduría de la naturaleza al diseñar a las criaturas de las profundidades es aún más impresionante al estudiar a los peces de los abismos. Los cuerpos de los peces de las grandes profundidades son elásticos y blandos, sus huesos son flexibles y su carne se asemeja a la de una medusa.

No es necesario que se adapten especialmente a la presión, porque es la misma dentro y fuera de ellos; el agua penetra en sus tejidos a una compresión de 7 u 8 toneladas por cada 10 centímetros cuadrados de su cuerpo, por lo que proporciona toda la protección que necesitan estos peces.

Como en el abismo no hay olas ni tempestades, sino tan sólo débiles corrientes, los peces no requieren sólidos esqueletos que les ayuden a resistir la turbulencia del mar.

Causa asombro que estos peces de las tinieblas tengan ojos inmensos, pero también, por la falta de luz, algunos seres abisales carecen por completo de ojos o los tienen tan reducidos que no pueden serles muy útiles. Sin embargo, peces con ojos muy pequeños logran ver bien; carecen de las células visuales llamadas conos que controlan la apreciación de los colores y la agudeza visual, pero tienen bastones extraordinariamente bien desarrollados, células que reaccionan a la luz y dan imágenes en blanco y negro.

Apenas se está penetrando en los misterios del abismo, pero todavía falta recorrer un largo camino para llegar a comprender y estructurar perfectamente la vida en los fondos abisales, los más recónditos e ignorados lugares de todo el planeta azul.

Y es que a medida que más cosas sepamos, más cosas ignoraremos.

Tan solo imaginate vivir en un lugar donde solo puedas ver esto, oscuridad permanente y un frió extremo.


Nos vemos en el proximo post. :)

-Lxs

Fuente: bibliotecadigital





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