En una ocasión, mi perro comenzó a ladrar (sin explicación aparente) con mucha energía hacia el techo, lo miraba fijamente y parecía algo rabioso. Este hecho ocurrió por dos días y ya luego todo volvió a la normalidad. ¿Quizá habría sido un espíritu? La verdad es que no lo sé.
Pero investiguemos otros casos que se han registrado de actividades similares, casos donde los animales parecen percibir cosas que nosotros no podemos ver.
El parapsicólogo norteamericano Robert Morris experimento con animales (un perro, un gato, una serpiente de cascabel y una rata) en una casa habitada por fantasmas. En una habitación de la casa, se había cometido un asesinato. Decidió meter a los animales a la habitación para ver sus reacciones:
-«Cuando hice entrar al perro menos de 1 metro dentro de la habitación, empezó a gruñir a su dueño y volvió a salir por la puerta. De ningún modo pudimos evitarlo, y además se negó a entrar de nuevo.
-El gato fue introducido en la habitación en brazos de su amo. Cuando llegó a una distancia parecida dentro de la habitación, saltó inmediatamente sobre la espalda del amo, clavándole las uñas; luego saltó al suelo dirigiéndose hacia una silla. Pasó algunos minutos bufando y mirando fijamente una silla vacía situada en una esquina de la habitación, hasta que le sacamos fuera.»
-La serpiente de cascabel adoptó inmediatamente una postura de ataque, dirigida contra la misma silla que había intrigado al gato. Al cabo de un par de minutos giró lentamente la cabeza hacia la ventana, para luego apartar la vista de ella y adoptar de nuevo la posición de ataque al cabo de cinco minutos.
El único animal que no reaccionó fue la rata; sin embargo, al cabo de un rato los cuatro animales fueron examinados en otra habitación de la casa, y allí se comportaron con toda normalidad.
Dicho por él.
Otra historia, esta vez, con un gato como protagonista:
Se cuenta también la historia de tres amigos que vieron el fantasma de un gato en 1900 y escribieron su experiencia para la revista Occult Review. En esa época, era una práctica común usar pseudónimos, por miedo al ridículo, para aquellas personas que habían sufrido algún caso de fenómeno psíquico.
Estos tres amigos eran Thane, Rue e Ilona, que estaban sentados en el salón de Thane, esperando la llegada de la gata Kitty, un gato persa de color gris, al que había ido a buscar el cocinero de la casa. Había noches en las que Kitty tenía que ser obligada a entrar en casa. El cocinero la llamó desde el balcón. La ventana se abrió y apareció un gato en la ventana, que se dirigió rápidamente hasta la puerta.
Los chicos miraron al gato y se dieron cuenta que no era Kitty, sino que era un gato persa negro. Antes de que Thane tuviera a Kitty, había tenido a un gato persa negro, que se llamaba Ruff, quien tenía la costumbre de lanzarse a la ventana cada vez que se abría. El cocinero no había visto al gato negro entrar, y eso que estaba en la ventana llamando a Kitty. Unos minutos más tarde, la gata apareció por la puerta, y el gato persa negro desapareció. Ellos lo buscaron por toda la casa, pero no dieron con el misterioso gato.
Rue escribió que el cocinero les pidió que bajaran a la cocina para ver el extraño comportamiento que adquiría Kitty cada vez que abría el armario. Kitty actuó extrañamente en varias ocasiones más. Algunos días se negaba a dormir en su cesta, y otros días no quería comer en la cocina, y había que hacerlo fuera de la casa.
Mientras Rue observaba, el cocinero cogió a Kitty y comenzó a acariciarlo. A su vez, intentó abrir disimuladamente el armario, sin que Kitty se diera cuenta. Al percatarse, el gato miró al armario aterrorizado, y arañando incluso al cocinero, saltó de sus brazos y salió corriendo despavorido. Algo había dentro del armario que aterrorizaba a Kitty.
Ruff había sido el gato favorito del cocinero, y le había cuidado hasta sus últimos días. El gato murió en su cesta, y desde entonces, el cocinero la había guardado dentro del armario. ¿Quizás fuera tal vez esa cesta y el fantasma de Ruff el que le diera tanto pavor a Kitty?
Son historias impresionantes, que parecen dar a entender que los animales pueden percibir cosas que nosotros no.
Yo pienso que los animales realmente pueden percibir cosas del mundo paranormal, los animales tienen los sentidos muchísimo más desarrollados que nosotros, los seres humanos. Y esto es algo que he pensado mucho pero, quizá nosotros los seres humanos podamos percibir estas cosas del mundo paranormal debido a que nuestros sentidos poco a poco con el avance tecnológico se han ido atrofiando y cada vez usamos menos nuestros sentidos, ya que en su mayoría, dependemos de los artefactos electrónicos para poder realizar nuestras labores. Y lógicamente, al usar menos nuestros sentidos, no somos capaces de poder ver estas cosas. Al menos no con la claridad y facilidad que tienen los animales para esto.
Incluso hace poco leía que a futuro, el ser humano se podría deformar de tal manera, que pareceríamos una especie de gigante flacucho, es un tema un tanto extraño que lo más seguro comparta aquí en mi blog.
Por el momento esto es todo gente, Nos veremos en el siguiente post, que les traeré una historia curiosa de un gato llamado Óscar.
¡Hasta el próximo post, gente!
[Lxs]
0 comentarios:
Publicar un comentario